
Es una pregunta que lanzo a todos mis lectores. Me gustaría oir sus opiniones. ¿Puede un ignorante apreciar el arte? ¿Qué lo diferencia del erudito? ¡Anímense!
Comentarios sobre arte
Hace unos años entré a una exposición de un artista abstracto mexicano. No conocía su trayectoria, ni el contexto de su obra. Casi ni podía pronunciar su apellido correctamente. Lo que recuerdo es que ante su primer cuadro me quedé estático, mudo. Cinco minutos después sólo pude decir: “Wow”. Hubiera dado cualquier cosa por repetir esa experiencia mil veces. Pero ya que no tenía el dinero para comprar aquellos cuadros, me tuve que conformar con llevarme a casa un pequeño catálogo con las fotos de sus obras.
Durante los últimos sesenta años el sistema oficial del arte nos ha vendido la idea de que cualquier persona puede ser artista, y que cualquier objeto puede ser arte, siempre y cuando los sacerdotes del sistema oficial los bendigan con el nombre de “cultura”. Nos han dicho que para hacer una obra de arte a veces no hace falta dominar ningún lenguaje plástico, pues lo que importa es el concepto. (No importa si el “concepto” es una verdadera mierda de concepto. La cosa es que haya un “concepto”.)
Durante siglos se ha puesto en tela de juicio la capacidad que tienen los artistas para analizar objetivamente sus producciones. Los poetas de la antigua Grecia, los pintores del Renacimiento y lo músicos del Romanticismo, recibieron un trato similar. Se trataba de fenómenos irracionales, de mentes arrobadas por musas o el “espíritu de los tiempos”; incluso un tipo de posesión demoníaca que permitía las más grandes obras, sin embargo definía a quienes las habían realizado como lisiados intelectuales, incapaces de reflexionar sobre su trabajo. El genio artístico: un ser medio cuerdo, medio loco. En última instancia, alguien a quien no tomarse muy en serio en una conversación.
Muchas veces he pensado por qué escogí un oficio tan difícil. Elegir ser artista plástico es, en términos prácticos, un suicidio profesional. Si es casi imposible poder vivir del arte, entonces, ¿por qué querer dedicarse a él?
Hay veces en que una disciplina artística no te es suficiente para expresarte. Entonces echas mano de otra. Desde chiquito la música me ha encantado. Me hubiera gustado tener dos cuerpos: uno para la pintura y otro para la música. Pero todo no se puede. Así que en la música me quedé a mitad de camino; una frustración con la que tendré que vivir para siempre.
Una de las características más importantes que distinguen al ser humano entre los animales, es su conciencia; la capacidad de pensarse a sí mismo como sujeto pensante. Una de las manifestaciones de la conciencia es la búsqueda de significado. El ser humano quiere definirse, encontrar un propósito para su vida, establecer valores, prioridades, explicarse dentro del contexto social que lo rodea, hallar su lugar, saber quién es. El significado puede encontrarse en las actividades mentales del individuo, su pensamiento, ideología, sus creencias, etc. Pero para algunas personas esto no basta; el significado debe hallarse en el plano de las acciones: El ser humano es lo que hace. Una manera en la que el ser humano se define es en base al rol que juega frente a las oposiciones y condicionamientos que le llegan del exterior y el interior. La naturaleza impone unos límites espacio-temporales a todo ser vivo. Tenemos un tiempo determinado de vida, un cuerpo limitado a un lugar preciso, y una conciencia circunscrita. En la búsqueda por transgredir esas limitaciones es donde se encuentra el significado para la palabra trascendencia.
Foto: La síntesis es una capacidad de abstracción característica de todos los grandes maestros de la pintura. Observen cómo en ésta, Whitaker construye el pelo partiendo de una mancha. Los detalles del pelo son mínimos. No vemos el cabello pelo por pelo, sin embargo los trazos crean la ilusión correcta. A veces "menos es más". El reto es que el dibujante preadolescente pueda darse cuenta de este hecho. Para eso debe descartar la idea de que "más es mejor".
En el post anterior vimos cómo existen diferentes etapas en el arte infantil. Esto no significa que el arte de un niño de 11 años sea mejor que el de uno de 7. Debemos quitarnos estos prejuicios de nuestra mente. Cada etapa responde a necesidades distintas, y a diferentes tipos de mirada.
Los seres humanos desde que somos bebés comenzamos un proceso de aprendizaje por el cual vamos relacionando imágenes y conceptos con sonidos. Por ejemplo, aprendemos a reconocer las caras de nuestros padres, y a relacionarlas al sonido "mamá" o "papá". Así mismo vamos descubriendo el mundo entero. El hemisferio izquierdo del cerebro es la parte que se encarga de esta función, de todas las funciones relativas al lenguaje.
Durante esta etapa suele ocurrir un gran conflicto. El niño desea copiar la realidad tal cual es, sin embargo el hemisferio cerebral con el que está acostumbrado a representarla es el izquierdo. El hemisferio izquierdo se encarga de darle un nombre a cada objeto percibido. Por ejemplo, si el niño ve una cara y quiere copiarla, entonces su hemisferio izquierdo le dice "pinta dos ojos, abajo una nariz, mas abajo una boca...y ya tienes la cara!" Pero cuando el niño ve el dibujo, nota que ese dibujo no parece nada real! Más que una cara natural, parecería como una cara rompecabezas, fragmentada como collage, donde cada una de las partes separadas hace sentido; pero como conjunto carecen de unidad y armonía. Estos resultados no naturales suelen frustrar a muchos niños, y la mayoría abandona el dibujo, pues sienten que su trabajo no cumple sus espectativas "realistas".