viernes, 6 de marzo de 2009

¿Cuán necesario es el conocimiento para apreciar el arte?


Es una pregunta que lanzo a todos mis lectores. Me gustaría oir sus opiniones. ¿Puede un ignorante apreciar el arte? ¿Qué lo diferencia del erudito? ¡Anímense!

3 comentarios:

Anxo Varela dijo...

En realidad tener más o menos cultura no ayuda a ver mejor. Y no nos engañemos: el arte se ve, no se lee.

Evidentemente toda la cultura que vamos adquiriendo ayuda a prolongar el placer, a enriquecerlo. Pero ver arte no es ni más ni menos que como los demás placeres de la vida: el placer se prolonga con el conocimiento.

Podríamos pensar en otros placeres (sexo, música, comida...) Por ejemplo: una buena comida se come, pero poseer cierta cultura gastronómica, acompañar la comida de una buena sobremesa... todo ello prolonga y enriquece el puro placer físico de comer.

JLGiles dijo...

Es interesante lo que dices Anxova, pq el conocimiento puede refinar el gusto. La analogía con la comida es muy buena. Un conocedor puede ir detectando los sabores de los diferentes ingredientes, igual que un melómano puede seguir los clarinetes o los oboes en una complicada sinfonía.

Pero nada de eso es necesario para el simple disfrute. EL arte transmite visualmente o no transmite. Seduce o no seduce. Si no te amarra mediante un impacto estético, difícilmente nos servirá de algo conocer la biografía del autor, la historia de su paleta, etc.

Creo que el peor error del arte de los últimos 50 años ha sido intentar sustituir el goce estético por un oscuro "goce" intelectual. Algo que no forma parte de la naturaleza esencial del arte visual, que es estética, no conceptual. Kant lo dijo muy bien, lo bello, lo estético, es algo que place sin mediación de conceptos!

La consecuencia actual de subvertir esa verdad, es producir un "arte" que renuncia a lo bello, al placer estético, y tiene como resultado, en mi opinión, una producción que ni es arte plástico, ni es literatura, ni es filosofía, pero pretende ser todo eso a la vez! Y por cierto, termina siendo bastante aburrida. El paliativo para el aburrimiento es el escándalo. Y así llevan décadas.

j.l.torresromán dijo...

La obra de arte es percibida y disfrutada, más o menos intensamente, según la preparación o cultura del sujeto que la contempla.
Una obra de arte auténtica atrae generalmente la atención del público, independientemente del conocimiento artístico de cada uno, siendo posible, por tanto, su disfrute. Ahora bien, no cabe la menor duda de que el goce se verá aumentado, incrementado, si el observador es una persona cultivada, y especialmente si posee conocimientos específicos de la disciplina artística de la que es espectador.
Esto no significa elitismo ni mucho menos, el arte es de todos y para todos. Pero si, por ejemplo, un amante de la música clásica, ante la escucha de una sonata de Mozart, tiene cultura de la técnica musical, además de apreciar la gran capacidad melódica del genio de Salzburgo, podrá ir descubriendo los temas y desarrollos de esa forma musical, lo cual hará aún más intenso su disfrute.